Las compañías de seguros atienden a lo largo de cada año millones de siniestros de diversas naturalezas: roturas de cristales, goteras, robos, actos vandálicos, incendios, daños personales y/o materiales a terceros… y una larga lista de sucesos.
En el caso de que tengas un siniestro cubierto por tu seguro, antes de llevar a cabo cualquier tipo de trámite o reparación, debes comunicarle lo ocurrido a la compañía de seguros. Una vez hecho esto y habiendo recopilado toda la información necesaria sobre lo sucedido, la aseguradora podrá reparar, sustituir o indemnizar al asegurado o beneficiario/s atendiendo a cada caso en particular.
La opción clásica hasta ahora era la de llamar al teléfono de atención al cliente para dar un siniestro. Sin embargo, un siniestro puede ser aceptado o excluido por la aseguradora según se exponga lo ocurrido, por eso se vuelve fundamental la figura del mediador de seguros. Entre otras muchas funciones, nuestra labor consiste en asesorar y representar a nuestros clientes frente a las aseguradoras ante cualquier situación adversa buscando un claro objetivo: proteger tus intereses.