Este seguro es, sin lugar a duda, el que menos nos gusta contratar. El hecho de contratar un seguro de decesos implica aceptar el riesgo que con él estamos cubriendo: el fallecimiento.
Un seguro de decesos no es sólo un seguro a través del que se contrata un capital para gastos de entierro y funeral, es un servicio de asistencia familiar a través del cual se cubren todos los gastos derivados del sepelio. Garantiza el pago de los servicios de funeral, tanatorio, féretro, flores, entierro o incineración (según se prefiera), coche fúnebre, etc, además de prestar el servicio de ayudar a la familia con todos los trámites y gestiones burocráticas necesarias, algo que no es fácil en los momentos de duelo. Por todo esto, tener un seguro de decesos es hacer un desembolso por un servicio integral y no sólo por el coste de un entierro.
Obviamente, depende de cada uno decidir si quiere un seguro de decesos o no, tanto para nosotros mismos como para nuestros seres queridos. No obstante, si decidimos contratarlo hay que tener en cuenta que en el mercado existen muchas aseguradoras que ofrecen un magnífico servicio, siendo muy conveniente comparar entre las distintas compañías que ofrecen este producto para saber cual es el más conveniente.
A las garantías básicas que nos ofrecen las aseguradoras, podemos sumarle una serie de garantías adicionales y opcionales que le dan un valor añadido al seguro de decesos:
- Servicio de sepelio
- Asesoría jurídica y gestoría
- Elaboración de testamento
- Repatriación
- Traslado en territorio español
- Asistencia en viaje en el extranjero
- Servicios para el bienestar con descuentos especiales
- Fallecimiento o Invalidez absoluta y permanente por accidente (opcional)
- Hospitalización por accidente o enfermedad (opcional)
Alrededor de 20 millones de españoles ya tienen contratado su seguro de deceso, ¡no lo dudes y contrata el tuyo!